Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

viernes, 14 de abril de 2023

CITES y México




En noviembre de 2022, México adquirió diversos compromisos ante el tratado internacional de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, también conocido como CITES.

Estos compromisos, a grandes rasgos, fueron los siguientes:


1.- Eliminar las redes de enmalle en la región que funge como hábitat de la vaquita marina.


2.- Redoblar acciones para combatir la presencia ilegal de embarcaciones dentro de la denominada Zona de Tolerancia Cero y área de refugio de la vaquita marina.


3.- Uso de radares para detectar incursiones de embarcaciones a la zona protegida antes referida.


4.- Aplicación de herramientas que destruyan las redes pesqueras ilegales.


5.- Uso de la fuerza pública para combatir conductas que afecten la población de las vaquitas marinas.


6.- Vigilancia de puertos y fronteras para combatir el tráfico ilegal del buche de la totoaba.


7.- Retomar la vigilancia del Golfo de Santa Clara


8.- Legislar en materia de sanciones severas contra pescadores ilegales de la totoaba.


Con fecha 23 de marzo del año en curso, la secretaría de CITES ordenó suspender todo el comercio de y con México de cualquier especie de flora y fauna contempladas en el tratado en cuestión, así como en sus apéndices. 


La fecha que se determinó para que entrase en vigor la recomendación de la suspensión antes mencionadas fue el pasado 27 de marzo.


El motivo por el cual se decretó sancionar a México fue porque se consideró que el país no dio cumplimiento adecuado a los compromisos adquiridos para combatir la pesca ilegal de la totoaba en el plazo acordado.


El lunes 31 de marzo, una comitiva integrada por representantes de nuestras autoridades ambientales y diplomáticas acudió a Ginebra a entablar una negociación al respecto; pues de haberse concretado la sanción, hubiera afectado al comercio de alrededor de 650 especies de fauna y más de 2,500 de flora en el país. 


Hubiera sido la primera vez en 32 años que se impone un embargo de esta naturaleza.


Cabe señalar que las recomendaciones vertidas por CITES no son necesariamente vinculantes. Queda al arbitrio de los países miembros de esta convención si acatarlas o no. Sin embargo, no existen muchos precedentes en cuanto a que estados firmantes del tratado referido hayan contravenido en el pasado determinaciones de CITES. 


Por otro lado y aunque si bien es cierto que la aplicabilidad de las sanciones afectaba únicamente al comercio de las especies tuteladas por CITES y sus derivados; no obstante, los derivados están sujetos a criterio de las autoridades encargadas de su exportación o importación. 


Asimismo, es importante destacar que las sanciones imputadas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres tienen una periodicidad. No son a perpetuidad. Esto no significa que aunque se apliquen durante un breve periodo de tiempo no generen menoscabos y quebrantos económicos desastrosos para sectores como la peletería, la cosmética y la aeronáutica, y a la economía de un sinfín de familias.


Afortunadamente, con fecha 13 de abril de 2023, por medio de un comunicado del Gobierno de México, se comunicó a los mexicanos y al mundo que CITES habría aprobado el nuevo Plan de Acción de México para proteger la Vaquita Marina.


En el comunicado se detalla que la delegación mexicana logró un acuerdo con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres para reiterar el compromiso de nuestras autoridades para cuidar a la vaquita marina, reiterando las líneas de acción comprometidas el año pasado y estableciendo 34 metas a cumplir.


Como consecuencia de ello, a través de una notificación emitida por la secretaría de CITES con número 2023/046 se comunicó que la recomendación de suspender el comercio con México se retiraba con efecto inmediato.


Esperemos que este escarmiento sirva para que nuestras autoridades dejen de tomarse a la ligera los asuntos relacionados con el medio ambiente, la flora y la fauna de México; que se sensibilicen en cuestiones de conservación; y que entiendan que el mundo y el planeta son mucho más grandes que las problemáticas político-electorales que inundan el entorno actual de nuestra vida pública. 

jueves, 13 de abril de 2023

Desastre de temporada 2022-2023


José A. Ramírez

I

Una temporada frustrante tanto para cazadores como para rancheros suele ser raíz para que surjan diversas suposiciones respecto a las causas que hacen de una época hábil una temporada funesta en el sentido cinégetico.

Esta temporada 2022-2023 fue muy mala. Los resultados obtenidos por lo que respecta a trofeos fueron pésimos. A esta conclusión llegaron criadores y cazadores. Y aunque a la fecha no se tiene certeza de qué provocó este saldo negativo; no obstante, el fenómeno debe ser atendido. Consecuentemente, quienes estamos involucrados con la pasión de la caza del venado cola blanca en el noreste del país tenemos que plantearnos interrogantes para que de éstas surjan hipótesis mediante las cuales tratemos de ir abordando la problemática en cuestión a efecto de evitar que el desastre se repita el año que viene.

Que la pasada temporada haya devenido en ruina creo es atribuible a una suma de factores de inmensa importancia; aspectos que llevamos arrastrando de varias temporadas atrás.

Las variables que pueden repercutir en el desenlace de una temporada cinegética son múltiples y distintas; van desde el cambio climático y sus nefastas secuelas, hasta la presión de caza, sobre todo la furtiva, dentro de un ecosistema en particular.

Otras afectaciones pueden estar relacionadas con cuestiones humanas. La ignorancia siempre es un elemento que aqueja al medio ambiente en su totalidad. Propietarios y cazadores solemos desconocer la debida aplicación de herramientas como el manejo cinegético. Anclados en anacronismos sobre el tema, muchos seguimos pensando que la conservación del venado cola blanca es el corolario mágico de la simple abstención de abatir hembras; y que parte del buen manejo consiste en matar alesnillos, muchas veces confundiendo éstos con cervatillos o juveniles.

Lo anterior constituye un criterio incorrecto, científicamente comprobado; pero desconocidos por la mayoría de los cazadores.

Por lo que hace al cambio climático, referido con antelación, también estropea o altera paradigmas cinegéticos, pues como es sabido, desde hace cuatro años no se tienen heladas prolongadas en la región. Esto impide que se genere un celo colectivo, lo que obstaculiza a cazadores y propietarios el monitoreo adecuado de la población de venado cola blanca para analizar la conducta de estos cérvidos. Por consiguiente, estos cambios nos hacen a los organizadores casi imposible anticiparnos a los venados y hacen de la suerte prácticamente el único elemento para lograr el éxito cinegético pretendido.

Ahora bien, el cambio climático no sólo afecta la caza por alterar el celo colectivo, las alteraciones climáticas han causado una sequía que se viene arrastrando de hace tres años. Desde entonces únicamente hemos tenido lluvias parciales o periodos de lluvia muy fuertes y de mucho volumen por pocos días. Asimismo, hay que recordar que hace dos años tuvimos una de las peores heladas y fríos registrados en los últimos treinta años en todo Texas y el noreste de país, lo que generó una mortandad de fauna inmensa, representando un flagelo para principalmente los animales exóticos; mas también afectó en gran medida a las poblaciones nativas.

La helada antes mencionada ocasionó que los machos de venado cola blanca en el noreste del país estuvieran tres meses en actividad de celo. Esta circunstancia provocó en esta especie en particular un gran y dilatado desgaste, fruto de la inanición, la persecución de hembras, las peleas y su rondín y marcaje territorial correspondiente. Peor aún, el desgaste expresado causó mayores estragos en la población más vieja de venados macho.

En cuanto a los impactos negativos que tuvo esta helada al ecosistema en particular, tenemos los daños que causó al monte, pues golpeó posterior a otras heladas menores y cristalizó la devastación final del forraje, cobertura y todo lo que constituye alimento para el cola blanca.

Como colofón o remate, subsecuente a la mentada helada, nos golpearon dos sequías sin precedentes.

Así las cosas, no sorprende que en los últimos años los fenómenos naturales hayan sido fuente de descalabros cinegéticos. Heladas y sequías han vapuleado a la flora y fauna de la región. Hábitat y poblaciones de especies susceptibles de aprovechamiento cinegético se vieron damnificados por esta gran helada y fortísimas sequías. Y si a eso se le suma el factor humano, se tiene un problema que se debe solucionar con urgencia.

Bajo este análisis, podemos argumentar que los últimos dos años han sido las temporadas más brutales para la fauna, en específico para el venado cola blanca. Sin embargo, tomando conciencia de ello se debe ir trabajando en el asunto para evitar que la brutalidad continúe y para los años venideros se vean mejoras tangibles en todos los aspectos.


II

Una mala temporada de cacería de venado cola blanca suele ser el efecto o la reacción a diversas acciones, pero también puede ser el resultado de un encadenamiento de factores y variables.

Como se dijo con anterioridad, fenómenos naturales extraordinarios como la gran helada y las sequías que le sucedieron en el noreste del país, acarrearon un sinfín de daños a las biósferas y acabaron por generar un decaimiento inusitado en las poblaciones de ciervos macho de cola blanca.

El entorno que dejaron a su paso estas terribles manifestaciones de la naturaleza no fue propicio para los machos más viejos de la región, por lo que muchos de estos ejemplares murieron por no haberse podido adaptar al ambiente de desolación que quedó luego de las bajísimas temperaturas y los largos periodos sin lluvia en estados como Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

Aunado a lo anterior y por paradójico que pudiera parecer, también el resultado negativo de una temporada de caza puede derivar de que en los meses que anteceden al inicio de la época hábil caiga una inaudita cantidad de lluvia. Esto a causa de que enormes cantidades de agua hacen crecer desproporcionalmente el forraje en el monte, lo que distribuye el alimento por toda la Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA), complicando así la caza a la espía y la visibilidad al cazador.

Y si bien es cierto que más que hipótesis entorno a lo que puede ocasionar una mala temporada de caza, pareciera ser que se esgrimen excusas; no obstante, esta ironía es el reflejo de la complejidad que radica detrás de una organización cinegética para la caza del venado cola blanca en el noreste del país, cuando el cambio climático y sus secuelas, así como la ignorancia del hombre convergen en momentos inadecuados para la óptima práctica de la cacería de venado. Consecuentemente, a continuación, se detallarán una serie de soluciones que se proponen para abordar la problemática en cuestión:

En primer término, se infiere que antes que hablar de la organización cinegética como tal, se debe entender que resulta fundamental que previo a cada época hábil, cazadores, propietarios, comuneros, ejidatarios, instituciones gubernamentales y asociaciones privadas, deben conformar una sinergia común encausada en el adecuado uso de la caza legal como herramienta de conservación.

Esto constituye el primer y quizás más enrevesado de los pasos a dar hacia un buen manejo en el noreste del país; pues lamentablemente los intereses políticos no encuentran atractiva la actividad; y les resulta más redituable electoralmente el lucrar con la ignorancia de los detractores de la caza, empujando su animadversión y promoviendo políticas prohibicionistas. Además, a la propiedad social se le ha dado la espalda. Así las cosas, se deja a los propietarios y a las asociaciones prácticamente solos y navegando contracorriente.

Por ello es importante que se logren alianzas estratégicas con distintos grupos en México y el mundo que compartan interés para lograr impulsar una labor coordinada en aras de proteger el derecho a la caza; y posteriormente, obtener los aprendizajes de entidades más antiguas, con más recursos y experiencias, para poner en práctica las acciones más efectivas para el manejo del venado cola blanca y su conservación en el noreste del país.

Como ganadero diversificado y desarrollador cinegético, me parece un tema de suma importancia que se reactiven los apoyos de gobierno y la difusión de estos programas para ranchos que han trabajado o tienen la intención de trabajar en cuidar y mejorar la población y la genética del venado cola blanca del matorral xerófilo del noreste del país y del venado cola blanca tejano. Sin embargo, la realidad es que en el corto plazo se deberá priorizar la constitución de una coalición conformada por todo tipo de gremios e industrias interesadas en la conservación, pues reitero que actualmente el gobierno lejos de demostrar estar del lado de los cazadores, de momento está, con suerte, ajeno a nosotros.