Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

La cacería como escuela del medio ambiente




Dr. Stan Mendoza

Ha sido complicado poder transmitirles a muchas personas lo positivo que ha resultado la práctica de la cacería para la conservación de los recursos naturales en la región donde radico.


Como lo he mencionado en publicaciones anteriores, hay personas que difícilmente podrán ser receptivas hacia lo que significa la cacería ética y lo favorable que es para la preservación de la flora y la fauna silvestres. Me refiero a los anti-caza, a los pseudo-ambientalistas y a los cazadores furtivos.


En mi caso, preferiría discutir con furtivos que con esos que protegen el ambiente desde sus casas, la mayoría desde plataformas digitales como redes sociales.


Vuelvo a hacer la anotación, que esto no lo aprendí de la noche a la mañana. Han sido constantes mis lecturas a partir de que adquirí el gusto por esta actividad tan polémica, que es la cacería. He leído para aprender más sobre la especie que va uno a cazar—hábitos, alimentación, fechas de reproducción—; los tipos de armas y calibres—para qué especie son ideales dichos calibres—; la flora de la zona a cazar; los distintos ecosistemas en los que se encuentra la UMA donde se realizará la práctica cinegética.


Al ser cazador ético, aprendes a valorar cada salida, sin tener el estrés en mente de que si no cae una presa, no será una buena cacería, ya que tu nivel de apreciación se va a límites mucho más altos, que van más allá del abate de la pieza. Tal es el ejemplo de como cuando en uno de los recorridos de vigilancia del rancho de mi familia (en los cuales siempre voy armado), tuve la oportunidad de filmar una piara de pecaríes de collar, con la gran satisfacción de observarlos en su medio ambiente y dejarlos ir sin dispararles, debido a que aún no era temporada hábil.

Hace tres años para mí, mirar un pecarí y no cazarlo era impensable.


En estos recorridos, aparte de vivir la naturaleza en su plenitud, es donde compruebas las lecturas de los comportamientos de las especies, complementando esa información con lo que sólo se aprende andando y viendo directamente, ya que cada entorno puede modificar las conductas. 


El rancho de nuestra familia está por tener un cambio muy interesante en su ecosistema, ya que se echará a andar un proyecto forestal donde se modificarán, de inicio, veinticinco hectáreas aproximadamente, con una especie de árbol endémico con fines maderables. Durante el desarrollo de dicho proyecto trataré de ir documentando el comportamiento de la fauna en el lugar, en mis recorridos de caza y vigilancia.


Toda esta inquietud por aprender, documentar y trabajar arduamente por un proyecto tan favorable con el ambiente y vivir cada experiencia de la naturaleza, me vino con el gusto por la cacería responsable.


Con este pequeño escrito espero llegar a varios compañeros ganaderos, agricultores y personas en general, para que den un giro a su estilo de cacería, respetando para comenzar la ley de protección al medio ambiente; para que comiencen a documentarse un poco más; y créanme que muchos aprenderán a valorar de una forma diferente lo que nuestra madre tierra nos da cuando la tratas con respeto.


Este escrito va dedicado a todos aquellos que critican la práctica de la cacería en general, sin imaginarse que hay muchos cazadores que realmente aportamos en gran escala a que haya una recuperación o preservación de la flora y fauna de México. 


Si quieren realmente aportar algo al medio ambiente, hay muchos bosques, selvas, ríos, montañas o playas cerca de donde ustedes radican, donde van a encontrar grandes cantidades de basura. Así que vayan los domingos o en sus días de descanso, pasen un agradable día en la naturaleza con amigos o familiares, y antes de irse recojan la mayor cantidad posible de plástico que encuentren. Crean que esto realmente aportará más al medio ambiente, que sólo haciendo viral compartiendo una nota de cacería en Facebook mostrando su desapruebo sobre esta práctica.


Mit freundlichen grüssen,


Dr. Stan