Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

jueves, 18 de febrero de 2016

La importancia del Premio Hubert Thummler a los Venados de México

Humberto Enoc Cavazos Arozqueta y Don Hubert Thummler

* Del editor


Humberto E. Cavazos Arozqueta recibiendo el Premio Hubert Thummler a los Venados de México SCI 

El pasado viernes 11 de febrero del año en curso tuve el honor de recibir el Premio Hubert Thummler a los Venados de México SCI. Vale la pena mencionar que recibí dicho reconocimiento con un preponderante sentimiento de gratitud profunda. Porque gracias a dicha presea los paradigmas que engloban al universo de la caza del venado cola blanca en México han venido cambiando de manera paulatina y progresiva. Ya no hay una regla escrita sobre piedra, como antes la había, que dicte y guía la manera en que se deben cazar venados en este país. El rey tejano ha muerto. Las astas que superan los ciento cincuenta puntos ya no tienen el monopolio de los sueños y las aspiraciones del cazador venadero. Ahora hay más, mucho más.

Infiero que los cazadores mexicanos tenemos mucho que agradecerle al capítulo Monterrey del Safari Club Internacional por haber relanzado dicho premio en conjunto con don Thummler, uno de los más importantes cazadores y conservacionistas de México y el mundo, ganador, entre muchas otras condecoraciones, del Premio Weatherby. El impacto positivo que este relanzamiento ha teniendo ya es evidente.

El Premio Hubert Thummler fue relanzado con el objetivo de que cazadores nacionales y extranjeros se internen en la búsqueda de las siete subespecies de venado cola blanca, dos de venado bura y dos de temazate que habitan el territorio nacional y que a su vez son reconocidas por el libro de récords del Safari Club International. Lo anterior con la finalidad de que se regulase la caza en zonas donde no se acostumbraba su práctica de manera legal; para que en dichas áreas, la actividad cinegética dejara una derrama económica que beneficiase a comuneros y ejidatarios; y por supuesto para que con la cacería y los recursos que ésta genera se fomente la conservación de todos los cérvidos mexicanos, así como se preserven los ecosistemas donde aquellos habitan.

Gracias a este homenaje, materializado en un hermoso bronce, a don Hubert Thummler, muchos cazadores de venado hemos olvidado por unos instantes las majestuosas cornamentas de los grandes cola blanca, y hemos aprendido a suspirar, a veces incluso con más sentimiento y efusión, ante una canastita, seis por seis, perlada, gruesa, de un macho adulto de la costa del Pacífico, ya sea un acapulcensis, toltecus o oaxacensis. Esto se ha traducido en que las subespecies otrora marginadas e ignoradas como lo eran también las que habitan el sureste, thomasi, nelsoni, yucatanensis y truei, han adquirido valor cinegético y pecuniario. Actualmente, gracias al multimencionado premio, todas las subespecies de odocoileus virginianus son valiosas.

Lo anteriormente mencionado ha traído como beneficios, en primer lugar, que se  han constituido como Unidades de Manejo Ambiental, UMA, múltiples y diversas tierras ejidales a lo largo y ancho de la República. Esto último ha permitido que los habitantes de dichas zonas rurales, mediante el aprovechamiento extractivo sustentable, obtengan recursos económicos que han mejorado su calidad de vida. Por otro lado, también ha sido de suma importancia que la valoración económica del cola blanca y los recursos que su caza deja ha concientizado a los campesinos respecto de la importancia del cuidado del medio ambiente, lo que se refleja en una disminución importante en la cacería furtiva y en la mengua de tradiciones como verbigracia el comer tamales de venado los doce meses del año.

Hoy en día, la gente del campo sabe que cuidar a los venados cola blanca permitirá que acudan a sus tierras cazadores a pagar una importante suma de dinero por la cacería. De resultas, han optado por el cuidado del cérvido y preponderado esta actividad por encima de arar y cultivar la tierra, que es lo mismo a deforestarla; de obtener proteína por medio de la caza furtiva, que era la manera en que la obtenían; de cazar a los venados fuera de Épocas Hábiles autorizadas por SEMARNAT. Y todo esto, evidentemente, acaba por devenir en conservación de la fauna y preservación de los ecosistemas.

La cacería de venado en México debe ser el motor que impulse a la caza en este país, y debe reconocérsele como tal. A veces olvidamos la riqueza cinegética con la que cuenta la República mexicana; pero es una realidad; y es una realidad, en gran medida, gracias a la diversidad de fauna con la que contamos y en cuanto a la multiplicidad de especies y subespecies de cérvidos que tenemos. Por eso, el Premio Hubert Thummler a los Venados de México SCI debería ser un reconocimiento al que todo mexicano debiera aspirar. Por difícil y largo que parezca el camino, alcanzar la meta es posible para todo aquél que persevere, pues ninguna sierra es fácil de ascender; pero ningún ascenso es imposible.

Este galardón impulsa al cazador a recorrer los desiertos, las serranías y las selvas de este hermoso país. Es decir, funge como brío para que, los que nos proponemos conseguirlo, recorramos el territorio nacional recolectando los cérvidos mexicanos, que se encuentran distribuidos desde los desiertos de la Baja, hasta la Península de Yucatán, y ello implica conocer nuestra tierra.

En mi caso, para ser acreedor a este honorable laurel, me tocó cazar, a lo largo de cuatro años, desde la Sierra de Juárez al Valle de los Sirios en Baja California, hasta la selva de Lerma en la frontera con Guatemala en Campeche, pasando por la Mixteca poblana y oaxaqueña, el altiplano hidalguense, la sierra del Burro en Coahuila, Sochiapa, Veracruz, yendo a dar a la Laguna de Términos y sus ríos en el Golfo de México campechano.

Concluida la hazaña, escribí un libro titulado "Cazando a los venados de México, o de la magnífica aventura por todo el país recolectando los cérvidos mexicanos, con la mira en el Premio Hubert Thummler a los Venados de México SCI". Este último ya se encuentra a la venta. Para mayores informes favor de escribir al correo cazandosobrelahojarasca@gmail.com.

 



Así que estoy convencido que ir tras el Thummler no solamente aviva la llama de la pasión por la caza, sino que también incrementa nuestro amor por México. Los invito a todos a cazar venados en México, a cazarlos todos. No se arrepentirán.

Yucatan Gray-brown Brocket Deer
 

Mexican Gulf Coast White-tailed Deer

Carmen Mountain White-tailed Deer (typical)


Mexican Texanus White-tailed Deer (typical)

Mexican Central Plateau White-tailed Deer

Central American White-tailed Deer (typical)

Coues White-tailed Deer (typical)



Baja Black-tailed Deer

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