Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

lunes, 4 de enero de 2016

Cacería en Zacatecas y comentario sobre el programa Justicia Para Todos


José Guadalupe Luna Vázquez

Estimado administrador de Cazando Sobre la Hojarasca, Lic. Humberto Enoc Cavazos Arozqueta, quisiera compartir estas fotos en la página de Facebook, son de mi más reciente aventura cinegética en la UMA Mahoma en el ejido homónimo, en el municipio de Mazapil en el estado de Zacatecas, que tuvo como resultado dos excelentes cola blanca de la región; sendos ocho puntas, por lo que la cacería fue un éxito; aunado a esto quisiera felicitarle a usted y a su compañero por el buen debate en el programa Justicia Para Todos, de lo cual quisiera comentarle algunas observaciones:

Primeramente la comparación que hacía aquel hombre animalista entre la esclavitud y el manejo de la vida silvestre es desacertado. Hay que dejar en claro que una cosa fue la esclavitud en la historia antigua y otra cosa el mercado negrero después del descubrimiento de América.

En la época antigua, aunque se llevara el título de esclavo, se podía trabajar, tener propiedades y eventualmente ganarse la libertad. Esto pasó en Roma, en Egipto, y en los propios reinos africanos como Malí, Benín, Luba y otros más en donde la esclavitud era algo más parecido a la servidumbre moderna. En resumen, aunque fueran esclavos se las trataba como seres humanos. Caso contrario pasó en el mercado negrero que nació, se estableció y se abolió en Estados Unidos, y con él el racismo que conocemos hoy en día. Los colonos blancos “animalizaron” a los nativos y a las personas de raza negra para justificar su expansionismo; cabe resaltar que esta es la razón por la cual no hubo ningún tipo de mestizaje en los Estados Unidos de América, pues al concebir a los nativos como animales, mezclar su sangre con ellos era impensable. A diferencia de nuestro país, donde el mestizaje se dio casi de inmediato.

Los datos del mercado negrero y las ideologías de los colonos blancos las puede consultar en el muy buen libro La otra historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn. Es muy curioso el pensar que antes se animalizaban a las personas y que hoy hay personas que humanizan a los animales.

Otro punto es el argumento de las teorías de los criminólogos que utilizaba aquel señor. Tanto usted como yo sabemos que para poder comprar un arma en la defensa nacional, se pide como requisito una carta de antecedentes no penales, así que se puede constatar, que ningún cazador en la República mexicana tiene antecedentes penales; así que, ¿qué tendría que decir aquél señor animalista al respecto? Obviamente él desconoce este dato, siguiendo este mismo punto, aquel señor dijo expresamente que el maltrato animal “está presente” en personas propensas al crimen; pero yo cuestiono en qué momento pasa de “estar presente” a “ser la causa” de una conducta criminal. Asimismo, tampoco se podría tomar el caso de un desequilibrado mental, para poder argumentar que la caza crea criminales. Es decir, yo no quiero saber de Hannibal Lecter, yo quiero saber de la persona normal que le gusta la cinegética o que va a los toros y si ésta realmente es propensa a la violencia o al crimen.

Considerando la cuestión de los permisos de armas para los cazadores que cité arriba no parece factible.

Tengo un gran amigo que es apasionado de los toros y él se dedica a dar terapia del lenguaje a los niños. ¿Cuánta violencia puede haber en ayudar a los niños a articular bien? Es decir, lo que argumentaba ese señor, no se ve ni en cuestiones técnicas ni yo lo veo en mi vida diaria, es por eso que no lo considero factible.

El tercer y último punto que quiero comentarle es, como usted mismo acertadamente lo mencionó, que los argumentos del señor sólo eran sentimentales: es que les va doler, es que los matan; y cosas por el estilo. En ese punto del debate me parece que la cuestión es, a decir verdad, muy sencilla: este tipo de personas hacen lo que en la cacería no se hace: ven la muerte del animal con morbo, pero la cacería no se hace por morbo, la cacería no es ninguna carnaza. Eso es lo que no entienden, y de hecho después de reflexionarlo, se llega a la conclusión de que todo el argumento de estas personas significa contar verdades a medias según su conveniencia (la urbanización es la principal causa de extinción de especies, pero eso nunca lo dicen, por ejemplo). Por eso apelan al morbo de las personas para obligarlas a pensar como ellas. Por ello yo quisiera conocer su opinión como abogado ¿cuánta validez tiene en realidad apelar al morbo como argumento?, o es acaso que constituiría una falacia ad baculum. Me encantaría conocer su opinión.

Por último, quiero hacer de su conocimiento que estoy trabajando en un escrito que ponga los puntos sobre las íes en la cuestión del ecoturismo y el turismo cinegético, los alcances, limitaciones y características de cada uno; tengo la bibliografía, tengo la estructura, sólo estoy en espera de un buen momento de ocio para poder redactarlo, y claro, pedirle el gran favor de que me ayude a publicarlo en su blog.

Sin más por el momento, se despide de usted deseándole un feliz año 2016 lleno de aventuras cinegéticas su amigo,


José Guadalupe Luna Vázquez

Fotografías