José Guadalupe Luna Vázquez
Estimado
administrador de Cazando Sobre la Hojarasca, Lic. Humberto Enoc Cavazos
Arozqueta, quisiera compartir estas fotos en la página de Facebook, son de mi
más reciente aventura cinegética en la UMA Mahoma en el ejido homónimo, en el
municipio de Mazapil en el estado de Zacatecas, que tuvo como resultado dos
excelentes cola blanca de la región; sendos ocho puntas, por lo que la cacería
fue un éxito; aunado a esto quisiera felicitarle a usted y a su compañero por
el buen debate en el programa Justicia Para Todos, de lo cual quisiera
comentarle algunas observaciones:
Primeramente la
comparación que hacía aquel hombre animalista entre la esclavitud y el manejo
de la vida silvestre es desacertado. Hay que dejar en claro que una cosa fue la
esclavitud en la historia antigua y otra cosa el mercado negrero después del
descubrimiento de América.
En la época
antigua, aunque se llevara el título de esclavo, se podía trabajar, tener
propiedades y eventualmente ganarse la libertad. Esto pasó en Roma, en Egipto,
y en los propios reinos africanos como Malí, Benín, Luba y otros más en donde
la esclavitud era algo más parecido a la servidumbre moderna. En resumen,
aunque fueran esclavos se las trataba como seres humanos. Caso contrario pasó
en el mercado negrero que nació, se estableció y se abolió en Estados Unidos, y
con él el racismo que conocemos hoy en día. Los colonos blancos “animalizaron”
a los nativos y a las personas de raza negra para justificar su expansionismo;
cabe resaltar que esta es la razón por la cual no hubo ningún tipo de mestizaje
en los Estados Unidos de América, pues al concebir a los nativos como animales,
mezclar su sangre con ellos era impensable. A diferencia de nuestro país, donde
el mestizaje se dio casi de inmediato.
Los datos del
mercado negrero y las ideologías de los colonos blancos las puede consultar en
el muy buen libro La otra historia de los
Estados Unidos, de Howard Zinn. Es muy curioso el pensar que antes se
animalizaban a las personas y que hoy hay personas que humanizan a los animales.
Otro punto es el
argumento de las teorías de los criminólogos que utilizaba aquel señor. Tanto
usted como yo sabemos que para poder comprar un arma en la defensa nacional, se
pide como requisito una carta de antecedentes no penales, así que se puede
constatar, que ningún cazador en la República mexicana tiene antecedentes
penales; así que, ¿qué tendría que decir aquél señor animalista al respecto? Obviamente
él desconoce este dato, siguiendo este mismo punto, aquel señor dijo
expresamente que el maltrato animal “está presente” en personas propensas al
crimen; pero yo cuestiono en qué momento pasa de “estar presente” a “ser la
causa” de una conducta criminal. Asimismo, tampoco se podría tomar el caso de
un desequilibrado mental, para poder argumentar que la caza crea criminales. Es
decir, yo no quiero saber de Hannibal Lecter, yo quiero saber de la persona
normal que le gusta la cinegética o que va a los toros y si ésta realmente es
propensa a la violencia o al crimen.
Considerando la
cuestión de los permisos de armas para los cazadores que cité arriba no parece
factible.
Tengo un gran
amigo que es apasionado de los toros y él se dedica a dar terapia del lenguaje
a los niños. ¿Cuánta violencia puede haber en ayudar a los niños a articular
bien? Es decir, lo que argumentaba ese señor, no se ve ni en cuestiones
técnicas ni yo lo veo en mi vida diaria, es por eso que no lo considero
factible.
El tercer y
último punto que quiero comentarle es, como usted mismo acertadamente lo
mencionó, que los argumentos del señor sólo eran sentimentales: es que les va
doler, es que los matan; y cosas por el estilo. En ese punto del debate me
parece que la cuestión es, a decir verdad, muy sencilla: este tipo de personas
hacen lo que en la cacería no se hace: ven la muerte del animal con morbo, pero
la cacería no se hace por morbo, la cacería no es ninguna carnaza. Eso es lo
que no entienden, y de hecho después de reflexionarlo, se llega a la conclusión
de que todo el argumento de estas personas significa contar verdades a medias
según su conveniencia (la urbanización es la principal causa de extinción de
especies, pero eso nunca lo dicen, por ejemplo). Por eso apelan al morbo de las
personas para obligarlas a pensar como ellas. Por ello yo quisiera conocer su
opinión como abogado ¿cuánta validez tiene en realidad apelar al morbo como
argumento?, o es acaso que constituiría una falacia ad baculum. Me encantaría conocer su opinión.
Por último,
quiero hacer de su conocimiento que estoy trabajando en un escrito que ponga
los puntos sobre las íes en la cuestión del ecoturismo y el turismo cinegético,
los alcances, limitaciones y características de cada uno; tengo la bibliografía,
tengo la estructura, sólo estoy en espera de un buen momento de ocio para poder
redactarlo, y claro, pedirle el gran favor de que me ayude a publicarlo en su
blog.
Sin más por el
momento, se despide de usted deseándole un feliz año 2016 lleno de aventuras
cinegéticas su amigo,
José Guadalupe Luna Vázquez
Fotografías