Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Gente moralmente normal y cazadores


Carlos Vives

Poco a poco se pone más interesante la discusión, el debate en gestación sobre la cacería. A la hora del intercambio de ideas, muchos guardan el respeto y entienden lo que es debatir. No obstante, muchos otros son poco razonables y se conducen como brutos.

Recuerden que un debate es para dar nuestros puntos de vista con conocimiento y respeto hacía y para los demás.

La cacería existe hace miles de años. Siempre ha existido. Siempre ha habido depredadores y presas.

Así las cosas, creo que la gente que critica la cacería está un poco fuera de lugar. A continuación expondré mis razones por las cuales creo esto:


Gente moralmente normal

La gente que no gusta de la cacería pero sí de la carne, pollo, pescado o cualquier otro animal, va a una tienda de conveniencia, paga equis cantidad de dinero, compra en bonito empaque sin tener ni la más remota idea de por lo que pasó o sufrió el animal que se va a comer. Incluso, se da el lujo de elegir la carne que más se le antoje, pedirle al carnicero cómo la quiere cortada. Para poder llegar a  casa, prepararla de manera deliciosa y sentarse a comer en familia. Feliz. Y a disfrutar lo rico de la cocina carnívora.

¿Qué es lo que hay detrás de esto? Por si no lo sabían, les dejo este video para que sepan un poco más de lo que hay detrás de las carnicerías. Después me dirán quién es más cruel y cobarde.



Cazadores

Pasan largas jornadas de su tiempo buscando la presa; sudan incontables gotas de sudor durante la búsqueda; invierten una buena suma de dinero en todo lo que conlleva la cacería; pagan derechos por el animal que van a abatir; tienen conocimiento de su presa; respetan el hábitat de ésta; aportan para la conservación de la especie; se exponen y se juegan la vida en algunas ocasiones; planean una estrategia; se están varios días sin lujos ni comodidades; y si es que tiene éxito después del arduo trabajo que cuesta cazar, al fin degustan de su presa, premio bien merecido tras tanto trabajo.


La pregunta es: ¿quién es más cobarde? ¿Los cazadores o “la gente moralmente normal”?

Mi nombre es Carlos Vives, soy cazador.

Creo que la cobardía a la que se refieren muchos de los detractores de la caza deportiva en realidad no es cobardía. ¿No es así? Un animal sufre mucho más estando en un corral el poco tiempo de vida que tiene, pues en cuanto esté grande y gordo le llega el momento de su muerte. ¡Y qué muerte! En cambio el animal cazado es un animal que vivió en su hábitat durante toda su existencia, es un animal al que se la trata con respeto y al cual un cazador tiene el valor de abatir personalmente antes de comérselo.

Sin recalcar que los cazadores brindan con esta actividad un sinfín de beneficios a la conservación de las especies, a la protección del hábitat natural de las mismas, y a muchas personas realmente necesitadas.

Por último: ¿qué hace “la gente moralmente normal" para mejorar las condiciones de vida de las personas que viven de los recursos que deja el turismo cinegético? ¿Qué hacen para evitar la cacería furtiva? ¿Qué dan a cambio para la conservación de la fauna y de la flora?

Muchas especies ya se habrían extinto si no fuera por nosotros los cazadores.


2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog , falta algunas fotos, pero excelente.

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    1. Estimado Ernesto, se te extiende cordial invitación para colaborar. Si envías un texto con gusto lo publicamos.

      Saludos.

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