martes, 2 de septiembre de 2014

Carta abierta a Cazando Sobre la Hojarasca. Consejos para defender la cinegética


José Luna

Estimado editor de Cazando En La Hojarasca:

Mi nombre es José Luna y me gusta la cacería.

Desde mi infancia mi padre me enseñó el arte de la caza y su buena práctica.
Siempre he hablado de la cacería con dignidad y orgullo. Sin embargo, es en el nuevo mundo de las redes sociales donde percibí por primera vez que hay un gran número de personas que tienen una mal opinión acerca de la cacería.
Esto último me acongojó. Por esa razón fue que me di a la tarea de investigar dónde se encuentra el problema y el motivo de esa mala percepción, de ese enfoque equivocado sobre la caza. El resultado de mi búsqueda es el siguiente:

·               El fin, el objetivo de la cacería, es aprovechar de manera sustentable la fauna silvestre.

·               Toda la experiencia de la cacería empieza, primero, con la dicha de introducirse en un hábitat natural totalmente agreste. Se trata un acercamiento más fuerte con la naturaleza que, por decir algo, el que resulta de la visita a un parque ecoturístico para un día de campo.

·               Luego viene la intriga, la emoción de irse acercando a la presa hasta tenerla en las manos. Cuando se cobra la presa es la base y a la vez el punto medio o clímax, si se prefiere, de la experiencia de la caza.

·               Al final, el aprovechamiento que se dará a la presa, principalmente de consumo y textil, es con lo que concluye la experiencia de la actividad cinegética.

·               El filósofo español José Ortega y Gasset dijo alguna vez algo que me gusta mucho citar: “La caza es todo lo que se hace antes y después de la muerte del animal”.  No obstante, las personas que no conocen la cacería, los de origen urbano, no conocen el ámbito rural, ni saben lo que es el trabajo de campo ni qué es vivir de la tierra, debido a que  su proceso civilizatorio las llevó a desarrollar otro tipo de actividades.

·               ¿A qué se debe esta ignorancia del hombre metropolitano? A que éste no necesita los conocimientos que se requieren para salir al monte o vivir lejos de la ciudad. Eso no los exime de ser prejuiciosos y hacer una deliberación de la cacería sin el conocimiento pertinente para hacer una argumentación y una reflexión  apropiada, pero lo cierto es, con cierto grado de tristeza, que personas objetivas y críticas que sepan reflexionar son pocas.

·               La mayoría piensa que el objetivo de la cacería, y ésta misma se acaba con la muerte de la presa, y que la diversión, recreación o pasión del cazador consiste únicamente en ir matando sin más, y que matar se hace sólo por morbo,

·               Es decir, se piensa que la cacería es sólo carnaza, y es ahí donde empieza el desprecio, la injuria y la envileza hacia el cazador y la caza.

·               La manera de combatir esta visión errónea en las redes sociales es dar a conocer en éstas toda la experiencia de la cacería.

·                La idea es procurar subir fotos no sólo retratándose con la presa, que al ser la base y el clímax de la caza; en los expediciones cinegéticas se toman fotos de los paisajes, amaneceres, atardeceres, fauna y flora.

·               Lo idóneo es que se suban fotos de cuando se esta arreando a la presa y el cazador va caminando por el monte; fotos del paisaje; de flora peculiar o interesante; de fauna que no se vaya a cazar.

·               También después de la foto con la presa, que es la más habitual, fotografiar el proceso de preparación de la presa en su aprovechamiento, evitando, claro está, que éste sea sangriento o grotesco; fotografiarse probando la presa ya asada, por ejemplo, puede ser una buena idea; y todo esto hacerlo preferentemente de manera ordenada, cronológica, para que la persona desinformada que vaya viendo las publicaciones pueda darse una mejor idea de lo que representa la experiencia de la cacería.

·                Hay que dar concejos tanto en paginas de cacería como en redes sociales, o en paginas web sobre cómo aprovechar mejor y en plenitud a la presa, sea de consumo, textil o hasta farmacéutico. Actualmente son pocas las paginas web que hacen hincapié en este sentido. La mayoría de paginas web de cacería como las de un rancho cinegético, una UMA o un club cinegético se centran en la fauna disponible y en las fotos del cazador con su presa. Esto causa confusión en alguien desinformado

·                Otro aspecto que provoca la mala percepción sobre la caza, es la visión equívoca que permea entre los propios cazadores. Me refiero a la denominación caza deportiva. Si nos remitimos a la RAE, deporte es “una actividad física ejercida como juego o competencia sujeto a normas cuya práctica supone entrenamiento y buen estado físico”. Así las cosas los detractores de la cacería argumentan que para que sea deporte, tanto cazador como presa deberían de competir bajo las mismas condiciones. Es decir, que la presa debe portar armas a causa de que ésta a la hora del acecho se encuentra indefensa. Lo que es falso.

·                Definir la caza como deporte hace que muchas personas se sientan de cierto modo. Sin embargo, el asunto no va por ese rumbo. La cacería es un hecho natural que cuando sucede sin factores antropogénicos, la presa compite por su supervivencia y el cazador por su sustento. En cambio, cuando el factor antropogénico interviene pasa algo similar si se trata de cacería de sustento, pero de manera más distinta cuando se trata de caza cinegética. Empero aún así el animal compite por su supervivencia y el cazador por el recurso que representa la presa.

·               Vale la pena señalar que un animal silvestre en su hábitat tiene toda la capacidad de defenderse. El ser humano en un ecosistema ajeno es intruso. Y su única ventaja es el arma. Sólo mediante ésta puede alcanzar la victoria. Victoria que no en todas las ocasiones se da. O sea que sí hay competencia entre presa y cazador.

·               En cuanto a semiótica y semántica, recalco que la forma apropiada de referirse a la pieza recién abatida es presa; una vez que el taxidermista la diseca pasa a ser un trofeo.

·               La cacería no encaja en el concepto de deporte a causa de que ésta es muy diversa. Siempre dependerá de la presa, el hábitat de esta última y el tipo de cacería que se quiera ofrecer o llevar a cabo en un determinado lugar, ya que dependerá de lo que se quiera cazar la modalidad que será necesario emplear para poder abatirla. Aunado a lo anterior, no existen normas definidas que regulen todo tipo de cacería; más bien son individualizadas dependiendo su tipo. No todas requieren que el cazador esté en buen estado físico; y, lo más importante, la dinámica de la misma cacería no permite se pueda practicar o entrenar. El cazador aprende mediante experiencias y nada mas.

·               Puedo agregar, yo, José Luna, como lingüista que soy, doy fe y constancia de que confusiones del orden léxico— semántico—, como ésta, la que nos ocupa que se relaciona con la caza y sus denominaciones, son más bien un tanto habituales en gran parte de la población, que no tiene necesidad alguna de tener una consciencia lingüística tan aguda, ejemplo de ello es, pues, los deportes de motor—NASCAR, F1; etc.—, que tampoco suponen buen estado físico ni su dinámica permite la práctica; mismo es el caso de todas las variantes de tiro deportivo—rifle de aire, tiro con arco, etc.—, que aunque no requieren de tener la condición de un atleta, aún forman parte de las olimpiadas.

·               La dicotomía caza-pesca arroja complejidades y paradojas tanto al cazador como al detractor de la caza. Éste se pierde en los enredos de la definición del deporte que acompaña a la palabra cacería y su denominación como tal, como una actividad deportiva. La pesca padece de lo mismo: también se le califica como deportiva, pero esta actividad no sufre las injurias que recibe la caza. Esto de resultas que la muerte de un pez importa menos que la de un mamífero. Ambos son animales. Ambos resultan presas de pescadores y cazadores. Pero la ignorancia prevalece sobre todo.

·               Un dato curioso que cabe resaltar es que en la lengua portuguesa existe un término para referirse a la pesca sin necesidad de subsistencia; el cual es pesca lúdica. Lúdico como adjetivo también existe en la lengua española teniendo el significado de “inherente” o “propio de”; por lo que en sendas lenguas “pesca lúdica” significaría pesca propia de la pesca; es decir, pescar por la experiencia de la pesca.

·               Lúdica, es una opción también para nombrar a la cacería. Aunque la verdad es que esta opción resulta innecesaria para adjetivarla, pues ya existe un término metalingüistico para referirse a la caza y que ya he usado en este escrito, el término cinegética viene de raíces latinas; y a la vez griegas, se descompone en dos partes, (cinegé= cazador) y (tico= relativo a) por lo que significa “propio de la caza”, teniendo el mismo efecto que “pesca lúdica”, (en la pesca al ser una palabra primaria no podría decirse pesca pescática por devenir definición cacofónica).

·               entonces hablamos de dos vertientes, que ya había mencionado: cacería de subsistencia y cacería cinegética, mas no cacería deportiva. No sólo eso, sino que, en un fenómeno de ahorro de la lengua, también práctico para la definición del término, cacería cinegética debe ser reducido sólo a cinegética, de esta manera no sólo se diferencia de la cacería de subsistencia sino también de la caza furtiva, siendo idóneo para conservar la buena imagen de la caza legal.

·               Empecé mi escrito con una declaración, “me gusta la cacería”. Esta frase debe ser remplazado por “me gusta la cinegética”, y de igual manera cada vez que hice referencia a la cacería, la palabra debe ser cambiada por cinegética. Es aquí donde empezaremos por combatir la confusión de la mala imagen de la cinegética en las redes sociales y el internet. Esto significa dar preferencia al término metalingüístico cinegética en total detrimento de las expresiones como caza deportiva, cacería o caza, cosa que ya se está haciendo, pues tenemos, ranchos cinegéticos, calendario cinegético, organizaciones cinegéticas, clubes cinegéticos. No obstante, aun persiste licencia de caza deportiva.

·               La definición de la cinegética como deporte no conlleva la esencia de esta actividad. Al contrario, causa confusión y malos entendidos. A contrario sensu, la cinegética porta plenamente la substancia de la cacería; y cuando algo es nombrado con tal entereza y exactitud, no hay cabida para versiones erróneas, o ambigüedades.

A usted como editor le suplico que implemente estas recomendaciones en su página para ayudar a la buena imagen de la actividad cinegética, y de los que la realizan. De ser posible me gustaría que publicara mi escrito en su pagina, al igual que el Manual para defender la cacería en redes sociales que en días anteriores fue posteado.

 

Habiéndome expresado a plenitud me despido y muchas gracias.



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