Andrés Santos Schroeder
Último capítulo
Definiendo—y defendiendo — al cazador [moderno]
Para
concluir esta disertación ahondaré, buscaré llegar a lo más profundo del
concepto de cazador moderno, también
conocido como cazador recreativo, cazador de trofeo, cazador turista, cazador
deportivo, que es el tipo de cazador que nos interesa, el núcleo y fuente de
todas estas entregas. Porque es el cazador actual. Es el tipo de cazador que
soy yo y miles de cazadores más.
Empecemos
por el aspecto controversial del concepto. A la gente le cuesta trabajo
entender la razón por la cual se le denomina deportivo al cazador que caza no por necesidad, sino por fines
recreativos y conservacionistas. Este término suscita tal marejada de polémica,
que ha llegado a poner en tela de juicio la práctica cinegética desde la
primera vez que se empleó el vocablo deportivo
junto con la palabra cazador.
¿A qué se
debe tanto jaleo por considerar a los cazadores deportistas? A que algunos
creen que ello significa que para el cazador matar es un deporte.
Sin
embargo, la razón por la cual fue adoptado el adjetivo deportivo para darle un
sentido más amplio a la cacería, es porque en los deportes hay una serie de
reglas y un código ético estricto que debe y tiene que ser respetado por todo
aquel que lo quiera practica. El deporte requiere de disciplina y de una forma
muy particular y definida de actuar; es decir, si uno quiero meter un gol con
las manos, no estaría jugando futbol, estaría aventando un balón dentro de tres
tubos metálicos que sujetan una red de nylon tejido. Eso no es fútbol. Quizá
balonmano, pero fútbol no es, puesto que quien arroja la bola con las manos se
está desapegando del reglamento futbolístico.
Asesinar
una manada de elefantes con minas antipersonal, o acribillar un rinoceronte con
fuego de seis o siete fusiles AK-47 bajo ninguna circunstancia constituye una
actividad relacionada con deporte alguno; y por supuesto que esto último
tampoco puede ser considerado como cacería deportiva. Y es precisamente ése el
origen del término.
Dicho lo
anterior, se puede entender con mayor claridad la razón por la cual se le dice
cacería deportiva a aquella que está regulada por normas jurídicas, leyes,
reglamentos deportivos, códigos éticos. El término se usó por primera vez en la
Inglaterra colonial. Hoy en día el cazador deportivo o moderno no se distingue
de los cazadores de los cazadores del Imperio Británico de antaño en ese
sentido. Con ese objetivo, con el de sistematizar la caza, se adjetivó de esa
forma a la cacería recreativa.
El cazador
moderno o deportivo, es aquel que persigue de manera ética, disciplinada,
licita y pertinente, fauna silvestre o animales de caza con el objetivo de
abatir un ejemplar adecuado y representativo; de acuerdo con sus recursos, en
su propio país o en el mundo, y con el arma que los valores previamente
señalados o la ley permitan para ese uso.
Por ende,
la cacería moderna o deportiva es el tiempo y esfuerzo que física, mental,
monetaria y culturalmente hace un cazador por la cinegética.
Como es el
caso con cualquier cazador deportivo, es evidente que la cacería deportiva es
mucho más que el simple abate del animal, el abate del animal es el clímax y el
final simultaneo de la cacería; es el final necesario natural y fin último de
la expedición, mas bajo ningún motivo la cacería en sí. La cacería empieza
muchos meses antes o a veces años, con la planeación, el ahorro, y el pago de
esta actividad. El tiro para la cacería es el equivalente al putt en el golf, o el encumbrar una
montaña para un alpinista. Si el objetivo fuera meter una bola a un hoyo que
esta a una gran distancia, sería tan sencillo como tomar un vehículo motorizado
usado para practicar este deporte y meter con la mano la bola al hoyo, o para
el alpinista la renta de un helicóptero para encumbrar en un día y ahorrarse
miles de dólares en equipo, y cientos de horas de riesgosa exposición a los
elementos y las alturas, malas comidas y enfermedades de altura.
La cacería
es una actividad, como hemos visto, instintiva y mucho más arraigada en el
carácter de la gente que la práctica de lo que es a veces entendible. La caza
es parte fundamental de la vida para algunos, muchas veces heredada de
generación en generación con gran ceremonia y honor, y algunas otras veces
aprendida de manera auto didacta, pero con iguales resultados; se podría
considerar una pasión y a veces hasta un
llamado.
Este grupo
de cazadores, los modernos, los deportivos, son a los que les incumbe demandar
al modelo económico las implementaciones necesarias para salvaguardar a la
biodiversidad por medio del aprovechamiento sustentable. Son estos hombres y
mujeres quienes aportan con recursos para combatir la deforestación, la caza
furtiva, la extinción de múltiples y diversas especies.
Por lo
anterior, es menester que al cazador deportivo se le facilite el acceso a los
ecosistemas para aportar a la conservación de las especies. Esto mediante
legalidad, mediante regulación y apertura en torno a la actividad cinegética.
Porque la cacería ha salvado y, si se le permite, en muchos otros lugares
salvará a decenas de miles de especies primarias y secundarias, así como a la biodiversidad
que la rodea.
El cazador
deportivo está dispuesto a dedicar tanto tiempo, esfuerzo y dinero en la
preservación del medio ambiente y sus elementos. La caza deportiva es sin lugar
a dudas una pieza fundamental para que la biodiversidad del planeta se conserve
y mantenga.
La lógica
es simple: el cazador quiere cazar animales y estar rodeado de naturaleza y
biodiversidad ¿Por qué querría terminar con ella? Todo lo contrario. El primer
interés de un cazador deportivo es preservarla, y hacer esto por medio de un
aprovechamiento sustentable que asegure que en el futuro y para las futuras
generaciones existan los mismos santuarios para su disfrute y aprovechamiento.
Esto habla de un proyecto que si fuese implementado correctamente, podría
asegurar más que cualquier cosa, la salvaguarda de la biodiversidad. Es decir,
si se efectuara un proyecto abierto a la caza deportiva, se podría salvaguardar
y prolongar la vida silvestre en el planeta.
Para eso está—estamos—los cazadores deportivos
[modernos]. A eso apunta el cazador [moderno], el cazador de hoy.
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