jueves, 28 de agosto de 2014

El cazador [moderno] V / V


Andrés Santos Schroeder

Último capítulo

Definiendo—y defendiendo — al cazador [moderno]

Para concluir esta disertación ahondaré, buscaré llegar a lo más profundo del concepto de cazador moderno, también conocido como cazador recreativo, cazador de trofeo, cazador turista, cazador deportivo, que es el tipo de cazador que nos interesa, el núcleo y fuente de todas estas entregas. Porque es el cazador actual. Es el tipo de cazador que soy yo y miles de cazadores más.

Empecemos por el aspecto controversial del concepto. A la gente le cuesta trabajo entender la razón por la cual se le denomina deportivo al cazador que caza no por necesidad, sino por fines recreativos y conservacionistas. Este término suscita tal marejada de polémica, que ha llegado a poner en tela de juicio la práctica cinegética desde la primera vez que se empleó el vocablo deportivo junto con la palabra cazador.

¿A qué se debe tanto jaleo por considerar a los cazadores deportistas? A que algunos creen que ello significa que para el cazador matar es un deporte.

Sin embargo, la razón por la cual fue adoptado el adjetivo deportivo para darle un sentido más amplio a la cacería, es porque en los deportes hay una serie de reglas y un código ético estricto que debe y tiene que ser respetado por todo aquel que lo quiera practica. El deporte requiere de disciplina y de una forma muy particular y definida de actuar; es decir, si uno quiero meter un gol con las manos, no estaría jugando futbol, estaría aventando un balón dentro de tres tubos metálicos que sujetan una red de nylon tejido. Eso no es fútbol. Quizá balonmano, pero fútbol no es, puesto que quien arroja la bola con las manos se está desapegando del reglamento futbolístico.

Asesinar una manada de elefantes con minas antipersonal, o acribillar un rinoceronte con fuego de seis o siete fusiles AK-47 bajo ninguna circunstancia constituye una actividad relacionada con deporte alguno; y por supuesto que esto último tampoco puede ser considerado como cacería deportiva. Y es precisamente ése el origen del término.

Dicho lo anterior, se puede entender con mayor claridad la razón por la cual se le dice cacería deportiva a aquella que está regulada por normas jurídicas, leyes, reglamentos deportivos, códigos éticos. El término se usó por primera vez en la Inglaterra colonial. Hoy en día el cazador deportivo o moderno no se distingue de los cazadores de los cazadores del Imperio Británico de antaño en ese sentido. Con ese objetivo, con el de sistematizar la caza, se adjetivó de esa forma a la cacería recreativa.

El cazador moderno o deportivo, es aquel que persigue de manera ética, disciplinada, licita y pertinente, fauna silvestre o animales de caza con el objetivo de abatir un ejemplar adecuado y representativo; de acuerdo con sus recursos, en su propio país o en el mundo, y con el arma que los valores previamente señalados o la ley permitan para ese uso.

Por ende, la cacería moderna o deportiva es el tiempo y esfuerzo que física, mental, monetaria y culturalmente hace un cazador por la cinegética.

Como es el caso con cualquier cazador deportivo, es evidente que la cacería deportiva es mucho más que el simple abate del animal, el abate del animal es el clímax y el final simultaneo de la cacería; es el final necesario natural y fin último de la expedición, mas bajo ningún motivo la cacería en sí. La cacería empieza muchos meses antes o a veces años, con la planeación, el ahorro, y el pago de esta actividad. El tiro para la cacería es el equivalente al putt en el golf, o el encumbrar una montaña para un alpinista. Si el objetivo fuera meter una bola a un hoyo que esta a una gran distancia, sería tan sencillo como tomar un vehículo motorizado usado para practicar este deporte y meter con la mano la bola al hoyo, o para el alpinista la renta de un helicóptero para encumbrar en un día y ahorrarse miles de dólares en equipo, y cientos de horas de riesgosa exposición a los elementos y las alturas, malas comidas y enfermedades de altura.

La cacería es una actividad, como hemos visto, instintiva y mucho más arraigada en el carácter de la gente que la práctica de lo que es a veces entendible. La caza es parte fundamental de la vida para algunos, muchas veces heredada de generación en generación con gran ceremonia y honor, y algunas otras veces aprendida de manera auto didacta, pero con iguales resultados; se podría considerar una pasión y a veces hasta un llamado.

Este grupo de cazadores, los modernos, los deportivos, son a los que les incumbe demandar al modelo económico las implementaciones necesarias para salvaguardar a la biodiversidad por medio del aprovechamiento sustentable. Son estos hombres y mujeres quienes aportan con recursos para combatir la deforestación, la caza furtiva, la extinción de múltiples y diversas especies.

Por lo anterior, es menester que al cazador deportivo se le facilite el acceso a los ecosistemas para aportar a la conservación de las especies. Esto mediante legalidad, mediante regulación y apertura en torno a la actividad cinegética. Porque la cacería ha salvado y, si se le permite, en muchos otros lugares salvará a decenas de miles de especies primarias y secundarias, así como a la biodiversidad que la rodea.

El cazador deportivo está dispuesto a dedicar tanto tiempo, esfuerzo y dinero en la preservación del medio ambiente y sus elementos. La caza deportiva es sin lugar a dudas una pieza fundamental para que la biodiversidad del planeta se conserve y mantenga.

La lógica es simple: el cazador quiere cazar animales y estar rodeado de naturaleza y biodiversidad ¿Por qué querría terminar con ella? Todo lo contrario. El primer interés de un cazador deportivo es preservarla, y hacer esto por medio de un aprovechamiento sustentable que asegure que en el futuro y para las futuras generaciones existan los mismos santuarios para su disfrute y aprovechamiento. Esto habla de un proyecto que si fuese implementado correctamente, podría asegurar más que cualquier cosa, la salvaguarda de la biodiversidad. Es decir, si se efectuara un proyecto abierto a la caza deportiva, se podría salvaguardar y prolongar la vida silvestre en el planeta.

Para eso está—estamos—los cazadores deportivos [modernos]. A eso apunta el cazador [moderno], el cazador de hoy.


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