martes, 1 de septiembre de 2015

Pesca y caza. Una breve reflexión dedicada al ‘verde’



¿Sabe qué resulta paradójico, contradictorio, hipócrita, esquizofrénico, irónico, falso, doble moral, inaudito y ridículo? Yo les digo qué: la falsa dicotomía que conforman pesca y caza y lo que provoca en la gente. ¿Por qué? Porque la pesca y el pescador no son objeto de la ignominia y el escarnio. Al contrario, son figuras encumbradas, reconocidas y respetadas entre los hombres y las mujeres. Yo en lo personal respeto la actividad de la pesca y elogio al pescador, también. ¡Todos lo hacemos! Si tenemos comisiones de pesca tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Aceptamos de tal forma a esta actividad como parte de nuestra realidad cultural, social, económica, política e histórica que cuando alguien posa sonriente y con el torso bronceado y desnudo— en el caso de los pescadores varones y las pescadoras más atrevidas—junto a un pez vela, o un guachinango o un marlín o un dorado, muerto, nadie se siente alterado o furioso al contemplar dicho retrato. De hecho, durante las vacaciones de Semana Santa, las fotografías de pescadores presumiendo sus pescados proliferan en redes sociales como Facebook e Instagram sin causar mayor revuelo o un patatús colectivo y cibernético o, en su defecto, la ira popular titánica y descomunal. Nadie llama asesino al que pescó una barracuda o un atún. Mucho menos lo llaman cruel, despiadado, hijo de puta o cabrón. No. Pero al cazador sí. Al cazador que se atreve a subir una fotografía posando junto a su pieza abatida sí le caen hordas de furibundos y mentecatos verdes a lanzarle por medio de redes sociales mordidas, arañazos, plomazos, martillazos, golpes, gargajos, mentadas de madre, en cantidades abrumadoras y similares a tormentas perfectas comprendidas por lenguaje soez y demás formas de violencia verbal. ¿Por qué? ¿Por qué los cazadores sí sufrimos vilipendiados y agraviados la cólera verde? ¿Qué los ciervos, patos, osos, leones, elefantes, codornices, winifánfanos, faisanes, borregos silvestres, leopardos, antílopes y demás son menos seres vivos que los salmones, los robalos, las langostas, los nopales, o las almejas? ¿De verdad es más cruel abatir un animal de un disparo certero en el corazón que jalarlo, con un anzuelo incrustado en el hocico, mientras lucha en contra de su vida, durante horas, hasta una superficie en la cual si no muere golpeado a batazos en la cabeza, muere de asfixia o ahogado? Se las dejo de tarea.

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