sábado, 26 de julio de 2014

El cazador [moderno] I / V


Andrés Santos Schroeder

Partamos de interrogantes fundamentales, que circunscribirán el comienzo de esta disertación sobre la caza. ¿Qué es la cacería? ¿De dónde viene? ¿Qué es el cazador moderno? ¿En qué consiste el aprovechamiento cinegético?

Comencemos por el lenguaje, por palabra y significado, por significante y contenido semántico. La Real Academia de la Lengua Española nos brinda las siguientes definiciones:

cacería.

1. f. Partida de caza.
2. f. Conjunto de animales muertos en la caza.
3. f. Pint. Cuadro que figura una caza.

Y a la caza como:

caza.
(De cazar).

1. f. Acción de cazar.
2. f. Conjunto de animales no domesticados antes y después de cazados.
3. f. alcance (‖ seguimiento, persecución).
~ de brujas.
1. f. Persecución debida a prejuicios sociales o políticos.
~ mayor.
1. f. caza de jabalíes, lobos, ciervos u otros animales semejantes.
~ menor.
1. f. caza de liebres, conejos, perdices, palomas u otros animales semejantes.
alborotar la ~.
1. loc. verb. coloq. levantar la liebre.
andar a ~, o a la ~, de algo.
1. locs. verbs. coloqs. Buscarlo afanosamente.
dar ~.
1. loc. verb. Perseguir a un animal para cogerlo o matarlo. U. t. en sent. fig.
2. loc. verb. Alcanzar el objeto de la persecución.
3. loc. verb. Mar. Dicho de una embarcación: Perseguir a otra para alcanzarla.
espantar la ~.
1. loc. verb. coloq. Precipitar o perder un negocio, por anticipar importunamente los medios para conseguirlo, o por emplear los que no son a propósito.
levantar alguien la ~.
1. loc. verb. Ojearla.
2. loc. verb. coloq. levantar la liebre.
ponerse en ~.
1. loc. verb. Mar. Maniobrar para que una nave se ponga en fuga y escape de otra que la persigue.
seguir la ~.
1.             loc. verb. coloq. seguir la liebre.

cazar.
(Del lat. *captiāre, de captāre, coger).

1. tr. Buscar o seguir a las aves, fieras y otras muchas clases de animales para cobrarlos o matarlos.
2. tr. coloq. Adquirir con destreza algo difícil o que no se esperaba.
3. tr. coloq. Entender algo rápidamente.
4. tr. coloq. Prender, cautivar la voluntad de alguien con halagos o engaños.
5. tr. coloq. Sorprender a alguien en un descuido, error o acción que desearía ocultar.
6. tr. Dep. Dicho de un jugador: Cometer una falta violenta sin intención de tocar el balón.
7. tr. Dep. Alcanzar al corredor o corredores que van por delante.
8. tr. Mar. Poner tirante la escota, hasta que el puño de la vela quede lo más cerca posible de la borda.
~ largo, o muy largo.
1. locs. verbs. coloqs. Ser muy advertido o sagaz.

Empero las acepciones y definiciones anteriormente citadas, las actividades de aprovechamiento cinegético alcanzan a trascenderlas, debido a que, como se expondrá más adelante, la profundidad de la cacería vista desde el punto de vista cinegético es mayor a cualquier intento de descripción de la caza. Sobre todo cuando un cazador, como el que teclea estas palabras, intenta dilucidar la esencia de la cacería.

El término cinegético viene del latín cynegetĭcus, que a su vez proviene del griego κυνηγετικός, que quiere decir “El arte de la caza”; y al respecto, confrontando a un sabio, sacarán gran provecho los que tienen afición a este tipo de ejercicio, pues procura salud a los cuerpos, perfecciona la vista y el oído, retrasa la vejez y, sobre todo, educa para la guerra (Cfr. Jenofontes 324 A.C.).

Recordemos que la cacería es la actividad más antigua que practica el ser humano como especie, como homo sapiens. No obstante, la práctica de la caza comenzó hace millones de años. Es decir, que a pesar de que el hombre ha cazado como tal desde hace milenios, la arqueología moderna ha demostrado que hace alrededor de cuatro millones de años hubo especies de primates bípedos como el Australophitecus afarensis, que era vegetariano, y después, hace dos millones, el Homo habilis, que desarrolló el uso de herramientas para cazar y obtener carne. Éste último primate era omnívoro. Ambos cazadores. El primero recolector. El segundo cazador de animales.

La evidencia y los libros de historia natural sugieren que el hombre evolucionó al Homo sapiens neanthertalensis hace aproximadamente 400 mil años, y posteriormente, 350 mil años después, éste pasó a evolucionar y devenir Homo sapiens sapiens.

Entre algunas de las subespecies del genus homo perduró el vegetarianismo. Éstas evolucionaron en especies de grandes simios y primates como el chimpancé, el orangután y el gorila.

En cambio, la corriente genética que condujo a la evolución del hombre se distingue de sus más similares especies por el hecho de que ésta era una especie 100% omnívora. Así las cosas, la evolución del ser humano y los changos perfectamente puede sugerirnos que el desarrolló intelectual evolutivo que se gestó entre los hombres deriva del consumo de proteína animal prolongado a lo largo de millones de años (Swan, J., 1994).

Ahondemos en lo arriba afirmado.

Hace un par de millones de años, nuestros ancestros evolutivos abandonaron los bosques para habitar la vasta sabana del Continente Africano. A causa de esto, modificaron su alimentación predominantemente vegetal y comenzaron a alimentarse de carne, de proteína animal. Se convirtieron en cazadores. Estos primates bípedos estaban colocados al principio de una cadena evolutiva que cambió por completo al planeta, que tuvo como fruto al ser humano. Su evolución definió a todos como especie. Totalmente.

Al inicio, estos ancestros nuestros representaban muy poca competencia para las magníficas bestias con las que compartían tierras. Sin embargo, el cerebro de estos seres bípedos comenzó a desarrollar una inteligencia cada vez más grandiosa y compleja. Gracias a esta incipiente intelección aprendieron a crear y usar armas, a comunicarse, a cazar en grupos, a tender trampas, a recolectar de una manera más eficaz.

Dicho lo anterior, se puede entender que la caza deriva de la inteligencia, que a su vez proviene de la evolución, cuyo proceso se debe al consumo de proteína animal, posible gracias a la cacería. El hombre es hombre porque caza. Cazamos porque somos hombres. Somos hombres gracias a que los hombres de antes, nuestros ancestros en la cadena evolutiva, comenzaron a cazar.


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