martes, 10 de junio de 2014

Ley que prohíbe animales en circos, una idiotez


El día de ayer, dentro del recinto legislativo de Donceles en la Ciudad de México, una masa amorfa, pardusca y acéfala, que se mueve lentamente y con parsimonia disfrazada de conjunto de legisladores, aprobó una ley que prohíbe el uso de animales en circos del Distrito Federal.

Qué idiotez.

Movidos por una benevolencia que roza en la magnanimidad, los integrantes de la Asamblea Legislativa del DF aprobaron la iniciativa de prohibir animales en espectáculos circenses. Esto con la finalidad de erradicar el maltrato animal en la República mexicana.

¿Y ahora qué sigue? ¿Que se les prohíba a los diputados locales del PRD, del PRI y del PAN, entre otras nimiedades, laborar en la ALDF? Eso sí que es una función de animales en un circo.

A la izquierda bananera local capitalina la ha dado por prohibir y por legalizar. Por un lado quieren prohibirlo todo, por otro legalizar hasta la mota.

Lástima que la esquizofrenia política no se quite con un par de zapes bien dados.

Quieren proteger a los animales que se usan en circos. Pero, ¿qué será de los elefantes, tigres, leones, changos, que se utilizan para el espectáculo ahora que está prohibido su uso?

Eso no se lo preguntaron.

Todos esos animales acabarán, por supuesto, en el mercado negro. Porque ningún zoológico tiene la capacidad de recibir cientos de animales de un día para otro.

Por otro lado, ¿qué será de los cerca de diez mil desempleados que dejará esta iniciativa? Miles de familias de cirqueros, veterinarios, entrenadores de animales, domadores, se quedarán sin empleo a causa de la sensibilidad de nuestros legisladores, que ponderaron la dignidad animal por sobre la de los ciudadanos capitalinos.

Los circos son tradición, son cultura. Y esta ley acaba de sentenciar a muerte a los legendarios Hermanos Vázquez, a los Atayde Hermanos, Fuentes Gasca, entre otros.

Evidentemente no estoy a favor del maltrato animal. Sin embargo, repudio igualmente la generalización simplona de asegurar que todos los circos maltratan a sus animales. Muchos de estos últimos, incluso, viven mejor entre cirqueros que enjaulados, como los que habitan en los zoológicos.


Lástima que esta batalla la ganaron los pseudo-ambientalistas de sofá. Los que no conocen sobre ambientalismo, ni saben nada acerca de la fauna y la flora del mundo. Pero ahora en Twitter cualquiera es un chingón.

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