El día de ayer, dentro del
recinto legislativo de Donceles en la Ciudad de México, una masa amorfa,
pardusca y acéfala, que se mueve lentamente y con parsimonia disfrazada de
conjunto de legisladores, aprobó una ley que prohíbe el uso de animales en
circos del Distrito Federal.
Qué idiotez.
Movidos por una benevolencia
que roza en la magnanimidad, los integrantes de la Asamblea Legislativa del DF
aprobaron la iniciativa de prohibir animales en espectáculos circenses. Esto
con la finalidad de erradicar el maltrato animal en la República mexicana.
¿Y ahora qué sigue? ¿Que se
les prohíba a los diputados locales del PRD, del PRI y del PAN, entre otras
nimiedades, laborar en la ALDF? Eso sí que es una función de animales en un
circo.
A la izquierda bananera local
capitalina la ha dado por prohibir y por legalizar. Por un lado quieren
prohibirlo todo, por otro legalizar hasta la mota.
Lástima que la esquizofrenia
política no se quite con un par de zapes bien dados.
Quieren proteger a los
animales que se usan en circos. Pero, ¿qué será de los elefantes, tigres,
leones, changos, que se utilizan para el espectáculo ahora que está prohibido
su uso?
Eso no se lo preguntaron.
Todos esos animales acabarán,
por supuesto, en el mercado negro. Porque ningún zoológico tiene la capacidad
de recibir cientos de animales de un día para otro.
Por otro lado, ¿qué será de
los cerca de diez mil desempleados que dejará esta iniciativa? Miles de
familias de cirqueros, veterinarios, entrenadores de animales, domadores, se
quedarán sin empleo a causa de la sensibilidad de nuestros legisladores, que
ponderaron la dignidad animal por sobre la de los ciudadanos capitalinos.
Los circos son tradición, son
cultura. Y esta ley acaba de sentenciar a muerte a los legendarios Hermanos
Vázquez, a los Atayde Hermanos, Fuentes Gasca, entre otros.
Evidentemente no estoy a
favor del maltrato animal. Sin embargo, repudio igualmente la generalización
simplona de asegurar que todos los circos maltratan a sus animales. Muchos de
estos últimos, incluso, viven mejor entre cirqueros que enjaulados, como los
que habitan en los zoológicos.
Lástima que esta batalla la
ganaron los pseudo-ambientalistas de sofá. Los que no conocen sobre
ambientalismo, ni saben nada acerca de la fauna y la flora del mundo. Pero
ahora en Twitter cualquiera es un chingón.
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